sábado, 31 de octubre de 2015

LA CUDA

Mi profesión es militar, y por tal he recorrido muchos lugares de mi patria, desde la costa hasta la selva peruana, donde casualmente en esta ultima sucedió lo que a continuación redactare.

Regresaba junto a compañeros de trabajo de un campeonato de fulbito relámpago en la comunidad nativa de Kusu Chico, aproximadamente a unos cuatro a cinco kilómetros de nuestro campamento militar, eran aproximadamente las ocho de la noche, cuando en medio de las carrozables caminábamos conversando de los partidos y de la copa que llevábamos a nuestro cuartel.

La noche normalmente en la selva peruana, son oscuras, tenebrosas de por si, claro si no salía la luna, esto era como les cuento. Esta era una de esas noches donde el calor de la selva de juntaba con la oscuridad, a veces teníamos que ver un poco mas arriba de nuestros ojos para poder distinguir el camino, el cual de los lados estaba llena de maleza, troncos, y toda clase de verdes plantas, causando una sensación de temor al doblar los caminos serpenteantes de nuestro recorrido, ya que parecía en diferentes lugares que algo o alguien nos observaba.

La caminata iba a durar aproximadamente una hora , ya que de noche es mas difícil caminar por estos lugares, sin embargo la emoción del partido y la copa ganada justificaban el cansancio.

Dentro las personas que me acompañaban había gente de la zona que se encontraba realizando el servicio militar, los cuales conocen la zona no al detalle pero si lo que acontece ya que toda su vida han vivido en ella.

Habíamos caminado algo de veinte minutos, cuando un grito espanto nuestro andar, un grito algo diferente a lo normal, era una mezcla de dolor, espanto, miedo, no sabría explicar en manera lo que escuchamos en ese momento, sin embargo paralizo a todos en medio de la noche, todos quedamos quietos, nadie se movia, al parecer era la primera vez que todos escuchábamos este sonido, nadie pronuncio palabra alguna, la respiración de cada uno de nosotros se entremezclaba con los sonidos particulares de la selva, podía escuchar ese sonido desgarrador, podía sentirlo cerca, sentí como mi piel comenzó a cambiar, pensé que la piel de gallina era un mito sin embargo lo sentí en carne propia.

Que les puedo decir, sentí por primera vez un miedo espantoso, al escuchar ese grito.

Uno de nuestros compañeros atino a reaccionar y hablo en un dialecto característico de la zona, "el aguaruna", las palabras no las entendía sin embargo me percate que entre los aguarunas hablaban y por los gestos que se veían en su rostro desconocían el origen del grito. Uno de ellos nos hablo en castellano y nos dijo que no nos moviéramos , que nos quedemos sin hablar.

Mientras tanto el grito parecía acercarse mas a nuestro lado, se percibía mucho mas cerca, uno de los aguarunas , dibujo un circulo o especie de circulo alrededor nuestro con cuatro cruces apuntando hacia afuera, quedamos quietos y el grito continuaba, no sabia si era hombre o mujer, no se distinguia.

Al cabo de unos cinco minutos de estar paralizados por el temor el grito ceso, era un silencio sepulcral, un silencio aliviador, uno de nuestros compañeros dijo que no miraramos atrás que en el dibujo que había hecho se encontraba el que había gritado, solo atinamos a caminar y a caminar, hasta llegar a nuestro cuartel.

Al llegar al cuartel y reunirnos con los demás, pregunte que o quien había hecho ese sonido, respondiéndome uno de ellos, fue la "CUDA" mi teniente , fue la CUDA.........